Para mi abuela Pilar Sanz, porque su casa siempre era el refugio de toda la familia, siempre había hueco para uno más, y siempre echaba un “puñado” más de arroz para el invitado (y siempre aparecía alguien). Un beso.
Para mi abuela Pilar Sanz, porque su casa siempre era el refugio de toda la familia, siempre había hueco para uno más, y siempre echaba un “puñado” más de arroz para el invitado (y siempre aparecía alguien). Un beso.