A mi abuela Juana. Nunca la he visto triste o sin pintalabios, siempre se estaba mirando en el espejo, algo que, creo que la hacía más segura, como si cuando se viera reflejada en él no necesitara la opinión de nadie más.
A mi abuela Juana. Nunca la he visto triste o sin pintalabios, siempre se estaba mirando en el espejo, algo que, creo que la hacía más segura, como si cuando se viera reflejada en él no necesitara la opinión de nadie más.