A mi tia Car
A mi tía Car Maroto, por cuidar en cada momento de todos nosotros.
A mi tía Car Maroto, por cuidar en cada momento de todos nosotros.
A mi tía Ge Maroto, por ser un ejemplo a seguir para toda una generación de hermanas, hijas y sobrinas.
A mi tía Ana Maroto, por ser mi segunda madre.
A mi tia Glori Campillo, por descubrirme el mundo cuando llegué a Madrid.
A mi madre Paula Maroto, por educarme para ser una mujer libre y capaz de todo, por enseñarme a no perder nunca la curiosidad por aprender, y que desde unos orígenes humildes se puede llegar al cielo.
A mi abuela Gloria García por mostrar su generosidad infinita al poner un plato en la mesa para todos los amigos, conocidos y arrimados que pasaron por su casa, por sus costillas asadas y por todos los bajos del pantalón que me ha cogido.
A mi abuela Juana Saez, por enseñarme que en la vida no hay que meterse en muchos precipicios, y por asegurarse de que estaba bien alimentada en épocas de exámenes haciéndome bizcochos de naranja.
A mi hermana Catalina, por ser mi Pepito grillo, porque aunque me enfade sé que siempre tiene razón. Gracias por todo lo que me has enseñado y apoyado.
A mi abuela Gloria, por su paciencia infinita cuando poníamos su casa patas arriba cada fin de semana que nos juntábamos l@s prim@s. Gracias por enseñarnos lo que es la generosidad poniendo un plato en la mesa y dando cama a cualquiera que pusiera un pie en las cuatro calles.
A mi abuela Juana, por cada plato de cocido de los viernes, por esos días haciendo masa y por las dañinadas que nos has consentido sin decir ni mu. Gracias por esos: “que maja, que alta y que guapa” que alegraban el día.