A mi abuela Gloria García por mostrar su generosidad infinita al poner un plato en la mesa para todos los amigos, conocidos y arrimados que pasaron por su casa, por sus costillas asadas y por todos los bajos del pantalón que me ha cogido.
A mi abuela Gloria García por mostrar su generosidad infinita al poner un plato en la mesa para todos los amigos, conocidos y arrimados que pasaron por su casa, por sus costillas asadas y por todos los bajos del pantalón que me ha cogido.