Me encantaría poder expresar en estas líneas la gratitud y admiración que siento por las mujeres que han formado y forman parte de mi vida.
Mi abuela Marciana, que no podía tener nombre más adecuado, parecía de otro planeta, no he conocido persona más sabia, con ese saber estar y sus buenos consejos. En homenaje a ella quiero nombrar a Simona, su madre de la que tantas veces me hablaba.
A mí abuela Isabel no la conocí personalmente, pero sí a través de las palabras de mi padre, en recuerdo a ella mi hija lleva su nombre.
Al pensar en mí madre Teodora no puedo ni tengo palabras para expresarme. Solo puedo sentir su amor infinito e incondicional. ¡Qué gran madre!
He tenido la suerte de conocer a la persona más alegre y optimista, siempre contenta y que buena persona y abuela. Balbi.
Julia la hermana mayor a la que solo he podido conocer a través de otras personas, pero que me ha enseñado lo valiente y generosa que puede ser una niña con solo trece años.
Ernes que como hermana mayor me ha cuidado.
En último lugar y no por ello menos importante Isabel Ávila. Admiro su perseverancia, su trabajo, el esfuerzo que pone en todo lo que hace. Me has puesto muy fácil ser madre.
Gracias a todas por estar siempre en mi vida, con su recuerdo o su presencia me han formado para ser mejor persona.